viernes, 1 de junio de 2012

Lo que nunca te dije

Un gran problema hoy en día es por culpa de la comunicación. Si dos personas no se comunican bien entre ellas va a resultar difícil llevar una buen relación entre ambos, pues faltara a ambos, o a uno de ellos al menos, la información suficiente para llevar a buen puerto esta conexión.

Muchas veces se cree que con la mirada ya se dice todo, que cuando conoces a una persona hay cosas que sobran decir porque ya se saben. Pero no es así, el punto de partida de toda buena relación consiste en hablar, comunicarse con la otra parte y esta, a su vez, contigo, para poder tener una relación sana y que no provoque líos.

Los líos se pueden provocar por malos entendidos, por pensar lo que no era, o algo tan fácil como creer que la otra persona es adivina y va a saber todo el rato lo que estamos pensando. Vale más pecar de ignorante que demostrar verdaderamente no se tiene ni idea.

Además muchos problemas nacen de esta nula capacidad de hablar con otra persona y comentar cosas que pueden resultar cotidianas para la vida diaria, pero que permiten conocer un poco la vida del otro y saber muchas cosas, que aunque sean pequeñas, ayudan a entender a esa persona.

No se puede mantener nada sin una buena conversación. Si nunca te has parado a hablar un buen rato con alguien, preguntarle por su vida, preocuparte porque es de esa persona, que quiere, que aspira a ser, no puedes decir que le conoces.

La vida pasa por dejarse querer, por facilitar a los demás el trabajo de conocernos, de saber que pensamos. Una vida llena de incógnitas sobre uno mismo no facilita la relación con tu pareja, con tu amigo, con tu familia. Deben saber cosas de uno mismo para entenderte.

Y hay esta la clave, entenderse. Como esperas que otra persona se ponga en tu lugar, si no sabe cual es tu lugar. Como va alguien a consolarte, a animarte, a felicitarte, si no tiene ni idea de porque tiene que hacerlo, ni cuando debe hacerlo. 

A lo mejor si los de tu alrededor te conocieran más, si supieran las cosas que son importantes para ti, no se reirían de ellas, no menospreciarían lo que haces, no criticarían mordazmente tus aficiones ni tu forma de vida. Todo eso no pasaría si nos molestáramos y tomáramos el tiempo suficiente para explicarle a la gente que te rodea, a la gente que te quiere, a los que están dispuestos a pasar el rato escuchándote, lo que nos pasa, lo que nos motiva, lo que nos empuja y nos trae hasta este momento preciso.

Siempre mantengo que mi yo de ahora es fruto de todo lo que he pasado en la vida. Pero si nadie sabe lo que me ha pasado en esta vida, y solo me juzga desde fuera, sin saber nada más de mi, como espero yo que acierte a la hora de hacer esa valoración sobre mi mismo, si no sabe nada de lo que me ha llevado a ser quien soy hoy en día.

Así que la próxima vez que alguien te juzgue equivocadamente, que tu pareja no te entienda, que tu familia no comparta tu estilo de vida, que tus amigos no sepan como eres en verdad. Parate, mira a todos los que están cerca de ti y piensa si a lo mejor lo único que les falta es conocerte.

La vida es comunicación, por eso aprendimos a hablar, para poder contarnos las cosas que nos pasan, expresar lo que sentimos, o simplemente contar algo banal. Por tanto esta vez seré yo el que te hable, pues hoy más que nunca hay mucho sobre mi vida, sobre mi ser, sobre mi pasado que no sabes. Es el momento de que sepas que es...
lo que nunca te dije.

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